De puntillas te besé y ese beso me supo a frío.
De puntillas enredé mis dedos en tu pelo para despeinar tus miedos y tus demonios me mordieron las puntas de los dedos.
De puntillas me asomé a tu alma en un vano intento por sofocar tu infierno y me quemé en tu fuego.
Y de puntillas pasé por tu vida desbaratando tus montañas y convirtiéndolas en un granito de arena. Y así como entré, de puntillas, también me marché.
Diciembre 2016