Hoy me he levantado más cansada de lo habitual, debe haber sido una noche movidita, cielos, ¡qué mal suena eso!; lo que quiero decir es que tengo una vida onírica muy activa. Probablemente eso explique los arañazos en mi cuello, seguramente he tenido otra de esas horribles pesadillas que me atormentan una noche sí y la otra también y me habré lastimado sin darme cuenta.
Y diooooos, ¡qué hambre tengo! Hasta ahí todo normal, pues nada más saltar de la cama me voy derechita a la cocina y no soy de las que se toman solo un café. Pero esta vez me apetece algo distinto, tal vez sea porque es casi la hora de comer, pero unas tostaditas no serán suficientes; entonces ¿sabes qué?, haré un brunch. Pero lo realmente extraño es que me apetece comerme un buen filete y eso sí que es raro porque a mí la carnaza como que no, yo soy más de verdurita y pescaito; cuántas veces le habré dicho a mi madre que jamás me comería un ladrillo de esos y desde luego, qué razón tenía cuando me aconsejaba que nunca dijera “de esta agua no beberé”. Y aquí estoy sentada frente a un chuletón argentino a la plancha, más grande que el plato, vuelta y vuelta, cuando lo pincho con el tenedor sangra, pero lo necesito. Y de verdad que no lo entiendo, tal vez sea que por el maldito régimen que estoy siguiendo me haga falta algún nutriente y quizás esto también explique mi incipiente y alarmante palidez.
Por unos segundos se me pasa por la cabeza esa idea que, quienes sabéis la imaginación que me gasto adivináis. Pero ha sido solo durante unos segundos y no he vuelto a pensar en ella hasta que he salido a la calle con mis super mega gafas de sol tipo espejo de color rojo (mi favorito) y la escasa luz que se cuela por entre las nubes me molesta un kinder. Y además llevo todo el día muerta de sueño y cuando llega la noche, desaparece por arte de magia.
Me miro en el retrovisor de un coche mal aparcado en doble fila y sonrió exageradamente y ¡oh no! tengo los colmillos ligeramente puntiagudos. ¡Vayaaaa! creo que no fue buena idea ver entrevista con el vampiro antes de ir a dormir.
Mayo 2017