Y me senté a esperar, todavía algo confundida. Esperaba que viniera alguien, quien fuera, no importaba quien, a explicarme qué demonios estaba pasando, qué hacía yo en un lugar como ese y cómo había llegado hasta allí. Era como estar en medio de la nada. La luz era muy brillante, quizás demasiado brillante para alguien acostumbrada a no salir de casa sin sus gafas de sol; en cambio la oscuridad era demasiado atractiva si tenemos en cuenta que siempre me había gustado moverme entre las sombras Estaba muy quieta, cosa rara en mí, creo que casi ni respiraba. Había oído contar historias como esas montones de veces y he de reconocer que me daba terror ir hacia la luz, sin embargo la oscuridad era una opción.
Harta de no saber como matar las horas muertas en aquella especie de purgatorio para almas impacientes, pensé que probablemente de lo que se tratara fuera de elegir, de que por una puñetera vez en mi vida tomara una decisión en tiempo récord.
Al cabo de no mucho tiempo, tal vez unos segundos que me parecieron una eternidad, una fuerza invisible tiró de mi varias veces hasta que me trajo de nuevo de vuelta, aunque nadie sabía que yo ya había hecho mi elección.
Julio 2017