Los que no supieron amarla ©by mabm


Ira Tsantekidou-Pinterest.jpg
Imagen de Ira Tsantekidou

 

Fueron muchos quienes la pretendieron, pero muy pocos los que supieron amarla; la llamaban la mal querida.

Vendía la piel en un burdel de ocho a tres por cuatro duros y por puro vicio, afirmaban algunos. Pero si bien sus cueros tenían un precio, su corazón, o lo que quedaba de él, no estaba en venta. Cuentan que hacía mucho, quizás en otra vida, se lo rompieron y que desde entonces solo se dejaba amar por fuera.

Su nívea tez, ahora surcada por cárcavas hendidas por ríos de lágrimas, todavía conservaba las atractivas facciones que, en otros tiempos, hicieron enloquecer a más de uno.

Llevaba colgado al cuello, bien cerquita de su pecho, un guardapelo tallado en ónice del que nunca se separaba y donde, quienes la conocían, pensaban que conservaba un mechón del cabello de su amado, y tal vez su fotografía. Pero lo que en realidad custodiaba tan preciado abalorio eran los pedacitos de ese corazón roto.

Noviembre 2018

46 respuestas a “Los que no supieron amarla ©by mabm

  1. Ojala les amarán al menos la piel, pero ni eso tienen cuando la venden, porque por dentro deben estar ya sin vida, ya no queda amor ni por su propio cuerpo, entonces dicen, que mas da, al menos sacar un duro por vender su piel que no es precisamente para que la acaricien con dulzura sino para ser igual usada al antojo del comprador, a veces me duelen todas esas mujeres, porque he hablado alguna vez con algún tipo de mujer fría y muerta por dentro, como aquellas que nadie ha sabido amar y que peor aún, en base a ello jamás se supieron amar tampoco.

    Le gusta a 3 personas

  2. Corazón herido. No creo mucho en corazones rotos. Como también me apunto a que no se vende la piel. Se vende mas corazón que piel. Aunque así nos llegue un mensaje lleno de disimulo y disculpa por el comprador. Lo que le avergüenza reconocer es que compra compañia, atención, alguien que le escuche,…, al final también es una victima.

    Le gusta a 1 persona

  3. Se sabía querer tanto que aprendió a lavarse en profundidad. Cobra, se ducha se quita la ropa de faena y se convierte en una ciudadana ejemplar. Vicio es: trabajar y dejarte las manos, las rodillas el cuerpo y el alma en un trabajo estúpido, que ni siquiera te saca de la miseria. Las salvadoras de estas malqueridas deben saber para qué, estas personas, van a la calle…. Un buen tema para poner en solfa a los tibios, a los hipócritas y aquellos que se la cogen con papel de fumar, calentitos en casita. Muy bueno. Me gusta. No dejas de lanzar dardos y no envenenados. Saludos.

    Me gusta

Deja un comentario