Carta a un mal amor ©by mabm

Imagen de Santiago Caruso

 

Heme aquí frente a un desangelado papel en blanco intentando poner orden en mi cabeza para que mis acciones vayan en concordancia con mis pensamientos; pero lo siento, no puedo, no soy sentipensante. Mis dedos, a duras penas, pueden sostener el mordisqueado lápiz que parece tener vida propia y, casi milagrosamente, consiguen escribir estas palabras dictadas por mi analógico miocardio, convirtiendo mis manos en las escribas y traductoras de su particular lenguaje; si bien no comulgan con las de mi razón.

Te quiero… y no debería. Te pienso… y no debería. Te sueño, te deseo… y no debería. Cuántas cosas no debería respecto a ti, pero a veces lo que queremos no es lo que más nos conviene. Te enraizaste tan adentro… tan profundo… tanto… que duele. Eres como la maleza que, si no se arranca presto, termina por invadirlo todo; algo así como los baobabs de la historia del Principito, solo que no te supe cortar a tiempo.

Pero ahora ya es tarde para mí entiendo eso de que nunca es tarde si la dicha es buena y ¿sabes qué? Por una vez, por una maldita vez, le haré caso a mi razón, porque en los asuntos del corazón, como en los de las malas hierbas, es menester cortar de raíz.

Enero 2019