Pobre niña ©by mabm

          Imagen de Alfonso Escudero Vera

A veces, solo a veces, se quiere morir. Quizás porque la vida le importe una mierda; tal vez para volver a verles.

Pinceladas de pinturas de guerra en tonos tierra colorean su cara cada mañana frente a un espejo que le devuelve una imagen que no le resulta familiar y se perfila la comisura de los labios de rosa pastel para simular una sonrisa (re)torcida.

¡Pobre niña triste que se mira al espejo y no se reconoce!

Cada noche se le quiebra la memoria al recordar y la voz entre sollozos que, como un tsunami, le sacuden el alma. Y pertrechada de un carboncillo que acaba de afilar a cuchillo, solo le revela su sonrisa de pega a un trozo de papel.

¡Pobre niña rota que un día lo tuvo todo y al siguiente lo perdió!

Y ahora, la negrura de la noche la se cierne, hostil, sobre ella, confabulada con la muerte que le ronda. O puede que… ya esté muerta.

Mayo 2019