Dejó de respirar. Y aunque a ella le pareciese solo una milésima de segundo, fue tiempo suficiente para cruzar la delgada línea que separa la vida de la muerte. Suficiente para que se detuviera su corazón, pero no el necesario para olvidarle.
Siempre había pensado que la única manera de matar su recuerdo era morir con él. Pero justo en el preciso instante en que su cuerpo impactó contra el asfalto comprendió lo equivocada que estaba.
Febrero 2020
TEJIENDO LAS PALABRAS 
Qué duro y a la vez que real.
Me exacta como has creado el micro, te ha quedado muy bien.
Un abrazo querida amiga. 💝
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Bellisimo.
Bravo.
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Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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Redondito y con sustancia, pá qué más?
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ni en la muerte hay consuelo…el recuerdo nos espera al final del camino…Besos al vacío
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De verdad, los recuerdos no se pueden matar, se quedan para siempre, tal vez escondidos, en nuestra memoria. Y salen a la luz sin avizar.
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Qué triste. 😐
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👏👏👏😘
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Muaks!!
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Maravilloso, Mabm!!! 👏🏻👏🏻👏🏻
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:))
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Que fuerte se oye el silencio,
al igual que el tiempo al andar
y cabalgan los recuerdos
en el corcel de la edad.
oh silencio que se escucha,
oh recuerdos que se van…
Antonio Mola
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Olé!!
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…y al fin llegó la luz. Un abrazo. Me gusta.
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Todo llega… Muchas gracias Iñaki 🙂
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¡Oh! Genial.
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Gracias 🙂
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Me encantaaaaaaaa!!! Intenso y concentrado en un pequeño frasco como los buenos perfumes.
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Jajaja, muchas gracias 🙂
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Me gusta ❤️
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Me encanto y lo rebloguee. Lo siento pero no me andan los acentos
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Muchas gracias :))
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