
Sirenas de asfalto ensordecen con sus réquiems el silencio de una ciudad que aún permanece dormida y enmudecen bocas de lenguas bífidas que mejor deberían permanecer cerradas. A intérvalos intermitentes luces de colores alumbran de azul, rojo y ambar un amanecer nonato.
Como cada perversa mañana ella se levanta sin apenas fuerzas para encarar la vida y como una autómata con demasiado corazón que obedece a un intrincado algoritmo, se trenza el cabello y se pinta la cara con pinturas de guerra a prueba de agua dulce para saltar al mundo. Saltar… y pasar desapercibida, quizás como un alma en pena invisible a los ojos de quienes la miran pero no la ven. Saltar… y echarse a la vida para (sobre)vivir, como podría echarse a las vías de un tren certero que pasa solo una vez. Saltar, saltar, saltar… solo piensa en saltar como salta de la cama; como saltaría al vacío si tuviera valor.
Como cada maldita mañana recorre el mismo camino que la separa del mismo infierno. Las mismas caras, los mismos olores, los mismos sonidos… que le parecen siempre iguales. Pero ella solo piensa en saltar. Al doblar la esquina del imperturbable parque de siempre, un amasijo de gente se agolpa alrededor de un amasijo de piel y huesos que yace sin vida sobre el asfalto. Ojos vidriosos la miran, pero ya no la ven. Al principio no se reconoce, pero el canto de las sirenas y la intermitencia de las luces la convierten a su fe. ¿Cómo suena un corazón cuándo se detiene?
Septiembre 2022
…
Poderoso…
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Muchas maneras de ver la historia…
Bravo !
Miss G 😊
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Muchas gracias Miss G 😉😉
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😃☺😊😉😍😗😘
Miss G 😊
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MABM:
Muy profundo este escrito sobre la vida.
Tony Mola
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Muchas gracias Tony 😉
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