Sígueme el juego: blog-T-ella


Siguiendo en ingenioso, original y divertido juego de Cristina (https://tecuentodeviajes.wordpress.com/tag/blog-t-ella/) calculé, teniendo en cuenta en último punto del planeta en el que se divisó la botella, la dirección del viento y me dirigí a la playa en la que, con toda probabilidad, habría recalado y allí estaba. Aquí os dejo el relato que escribí y guardé adentro para, después, lanzarla de nuevo al mar. Quien la encuentre, que escriba lo que la preciosa ilustración de Cristina le inspire, lo guarde en su interior y la devuelva de nuevo al mar.

Ascuas ©by mabm

message-in-a-bright-bottle2
Acuarela de Cristina (https://tecuentodeviajes.wordpress.com/tag/blog-t-ella/

El suave vaivén de las olas la adormecía. Y tal vez fuera mejor así, porque las largas travesías en su improvisada embarcación, en busca de su estela perdida, no se hacían tan interminables.

En cada orilla que recalaba contaba historias de otros lugares y de otros labios que besaba en su arduo empeño de hallar esa resplandeciente parte de ella que perdió una noche de San Lorenzo cuando el cielo lloró. Y tras no obtener la respuesta deseada, levaba de nuevo anclas buscando otros labios en donde naufragar. Porque así era como se sentía, a la deriva, a merced del caprichoso viento.

Un día que el viento cambió su dirección, cambiaron también las aguas. Este aullaba feroz y el mar le respondió embravecido. Su calmo viaje se convirtió en un agónico sube y baja hasta que dio contra unos labios petreos. Entonces su frágil transportín sufrió una pequeña fisura y empezó a llenarse de agua, lo que hizo que el mar la engullera hasta tocar fondo. Allí la oscuridad campaba a sus anchas, no podía ver nada y, asustada, se replegó sobre sí misma y comenzó a llorar. Cada lágrima que derramaba se colaba por la diminuta grieta de las paredes que la cobijaban y se encendía como una pequeña ascua iluminando la negrura que la rodeaba. Pero nuestra pequeña grumete, cegada por estas, ni siquiera se percató de esas pequeñas chispitas que escapaban de sus ojos e iluminaban los abismos, y comenzó a llorar más fuerte. En ese instante, el refulgir de esas minúsculas gotitas de agua salada era tal que se filtró a través de sus pestañas y dejó de llorar. Aprendió que no necesitaba su preciada estela para brillar y que, muchas veces, las lágrimas no te dejan ver la luz.

Febrero 2019

33 respuestas a “Sígueme el juego: blog-T-ella

  1. Hoy la he sentido más náufraga que nunca, he temido por su vida al verla encallar… y me he alegrado al leer que vio la luz de esas ascuas a través de sus pestañas 🙂 Has tejido un cuento precioso 🙂 me ha encantado.
    Mil gracias por participar en este pequeño juego garabato-literario 🙂 gracias de corazón.
    ¡¡Un abrazo!!!

    Le gusta a 4 personas

  2. Ella no és más que un espejo ante nuestros ojos, un viaje que redunda en una profundidad interminable de repetición de imagen al fondo interminable y mágico del espejo líquido y tembloroso de unos ojos que rezuman inabastable curiosidad por la vida. Ella es la búsqueda que llena de fervor por vivir, sin ella, la curiosidad, no habría aventura. Sentada al fondo de su cárcel de cristal pierde toda esperanza de ser libre. No sabe como ha pasado por el cuello de la botella, no se lo explica. Al fin, perdiendo todas sus fuerzas intenando trepar por el resbaladizo hielo que la encierra, se ha postrado al fondo de su prisión mental. Con los ojos cerrados metida en su própia desgracia no se percata de miles de estrellas que están entrando en su encierro y que poco a poco la van decorando de puntitos luminosos. Yo que la estoy viendo quisiera avisarla, quisiera despertarla de su postración, de su pérdida de esperanza, pero al otro lado del espejo hay el vacío total. Soy como un gato entusiasmado por un reflejo muy familiar que se mueve como él, le da la vuelta a esa ventana sin futuro que alberga ese compañero que no alcanza. Más las estrellas siguen entrando; podría jurar que su luz van a hacer trasparentes sus párpados, sin duda llegará el momento que verá su resplandor, y como el bebé que se percata de la luz através de la diáfana barriga de su madre y decide que ya es tiempo de nacer.., ella nacerá de la misma forma que descendió a su encierro.

    Le gusta a 3 personas

  3. Reblogueó esto en lumminiscènciesy comentado:

    07/02/2019 EN 19:36
    Ella no és más que un espejo ante nuestros ojos, un viaje que redunda en una profundidad interminable de repetición de imagen al fondo interminable y mágico del espejo líquido y tembloroso de unos ojos que rezuman inabastable curiosidad por la vida. Ella es la búsqueda que llena de fervor por vivir, sin ella, la curiosidad, no habría aventura. Sentada al fondo de su cárcel de cristal pierde toda esperanza de ser libre. No sabe como ha pasado por el cuello de la botella, no se lo explica. Al fin, perdiendo todas sus fuerzas intenando trepar por el resbaladizo hielo que la encierra, se ha postrado al fondo de su prisión mental. Con los ojos cerrados metida en su própia desgracia no se percata de miles de estrellas que están entrando en su encierro y que poco a poco la van decorando de puntitos luminosos. Yo que la estoy viendo quisiera avisarla, quisiera despertarla de su postración, de su pérdida de esperanza, pero al otro lado del espejo hay el vacío total. Soy como un gato entusiasmado por un reflejo muy familiar que se mueve como él, le da la vuelta a esa ventana sin futuro que alberga ese compañero que no alcanza. Más las estrellas siguen entrando; podría jurar que su luz van a hacer trasparentes sus párpados, sin duda llegará el momento que verá su resplandor, y como el bebé que se percata de la luz através de la diáfana barriga de su madre y decide que ya es tiempo de nacer.., ella nacerá de la misma forma que descendió a su encierro.

    Le gusta a 3 personas

Deja un comentario